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Un día nuevo

Amanecí el primer día en Beirut rodeada de grandes ruidos provenientes de la calle, que me resultaban familiares. El mar era tan azul como lo que llamé azul fenicio, pero algo parecía diferente y me di cuenta de las tensas circunstancias de la ciudad. El Sr. Idaki Shin nos prohibió a todos salir solos. Me excitó el mero hecho de estar en Líbano, pues era el corazón de mi civilización fenicia predilecta, así que me dije a mí misma sé sabia y concéntrate para contribuir a la paz mundial. El Sr. Idaki Shin ha comenzado a responder al estado negativo de las vidas de la gente y ha estado luchando con ellas. Nunca debería distraerme con asuntos de importancia secundaria. 
Más tarde el profesor Ghazi me trajo el recién editado libro de mi poesía en árabe. La viñeta de cubierta era una fotografía de mí parada delante de  la tumba del rey Kotai en Jiian tomada por el Sr. Idaki Shin. La otra fotografía, usada para la contra cubierta era aquella que tomó bajo el arco de Tiro. Ambas fotografías captaban la imagen de un ser ideal que he estado deseando ser. Dentro del libro había fotografías del Monte Gojo, de la estela del rey Kotai, del río Amnokkwang, de un arco en Siria, y de un charco azul celestial. El alfabeto árabe se adaptaba maravillosamente a mis fotografías y me regocijé con todo. Así que el Sr. Idaki Shin me dijo repetidamente con una gran sonrisa que yo debería ser la persona más feliz del mundo. Recordé que mis fotografías tomadas en el concierto de Armenia habían tenido un aspecto completamente diferente y que me mostraban una faceta incógnita de mí misma. 
Hablamos en una cafetería cerca de la casa del Sr. Ghazi. Era un lugar famoso por exhibir obras de arte de un artista moderno de Irak. Consulté al profesor Ghazi sobre cómo pudiera realizar mi deseo más profundo de organizar tantos conciertos de Idaki Shin como fuera posible para compartir la preciosa experiencia del nuevo mundo de paz auténtica y el futuro de la humanidad. Luego él nos explicó cuán terriblemente encaraba la región conflictos cada vez mayores y agresiones y que teníamos que hacer nuestros futuros planes con mucho cuidado.  El Sr. Idaki Shin le preguntó si notaba un gran cambio en mi vida y él dijo que yo parecía más vigorosa. En realidad he estado padeciendo la tensión inestable y he estado llevando siempre un aparato medidor conmigo. Además explicó al Sr. Ghazi que mis ancestros tales como los reyes Tomei y Kotai,  no pudieron vivir una vida larga, así que en la medida que mi vida estaba asimilada a su alma yo hubiera repetido el programa de sus vidas cortas. Debido al Sr. Idaki Shin pudimos cambiar el destino y efectuar una recuperación maravillosa de cualquier condición negativa en nuestras vidas. Creí que nadie sobre la tierra debiera prescindir de esta oportunidad especial para ser una persona contemporánea con el Sr. Idaki Shin. 




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