KEIKO KOMA net

12 Julio  2009

Lindas brisas y olor a pastel de arroz

El otro día desperté por la mañana encontrándome rodeada de un olor lindo a pastel de arroz que era un plato especial de mi madre. Llamé a mi madre pero en vano ya que había muerto muchos años ha. Reconocí que era la última parte de mi sueño nocturno. Sin embargo, puesto que era tan real y vívido, decidí hacerlo yo solita, ya que recuerdo que en mi niñez solía ayudarla a prepararlo en días lindos como hoy, con luz matutina gentil. Fui a comprar los materiales comestibles necesarios y comencé a trabajar con ellos. Aunque habían pasado muchos años mis manos todavía recordaban cómo hacerlos, y pude terminar rápidamente de hacer muchos pasteles de arroz. Como sabían buenísimos, los nombré pasteles de arroz afortunados de Koguryo. Mientras los hacía me sentí bendita por bella luz que los hacía saber muy especiales y muy placenteros para ingerir. Mi padre también los amaba mucho y siempre fueron acompañamientos para celebrar algo. Ya que celebraba mi acontecimiento de conferencia esta noche en Yokohama, consideré que los pasteles de arroz hodiernos celebraban mi acontecimiento. Estos días reconocí que las actividades de NPO Koma eran un maravilloso modelo empresarial y conducirían a la construcción de una sociedad nueva que no sacrificase vidas humanas. La gente se divierte mucho participando en nuestras actividades y gastan sus ganancias para contribuir a la paz global. Nunca he aceptado razones económicas como excusas para no hacer nada. Muchas veces he experimentado en mi vida que cuando una era verdaderamente sincera hacia los deseos propios más profundos, cualquier cosa devenía posible. Si una persona hubiese perdido el sentido de la humanidad y la presencia del alma propia, una sería tratada como mero objeto. Así, expresar el interior propio era urgentemente necesario para abrir el futuro de nuestro mundo.