KEIKO KOMA net

7 Marzo, 2020

Cuando era joven, un gran árbol estaba en nuestro patio. Cuando soplaba un viento, sentía por el sonido que el mundo cambiaría y la era cambiaría. El gran árbol y el sonido del viento siempre han existido en mí. Después de que fui liberada de mi destino innato por mi encuentro con el Maestro Idaki Shin, descubrí mi verdadero yo, y comencé a vivir siguiendo mis demandas más profundas, me di cuenta de que el gran árbol de pie por dentro era el dios de la construcción de la nación y el rey de construcción de la nación. Y el viento era el viento de la construcción nacional. Lo que más quiero hacer es crear un mundo donde las personas, viviendo sólo una vez, entiendan el significado de nacer como seres humanos, se den cuenta de su verdadero yo y existencia, y continúen viviendo como seres eternos.
Me sentía muerta por vivir en una sociedad donde no tenía ninguna posibilidad de entender mi yo auténtico, que tenía que ser escondido en lo más profundo. Acentúo mi entendimiento día a día, año tras año, de que la vida que manifiesta el verdadero yo dura para siempre, un ser humano tiene un potencial inconmensurable, y la existencia es mística e indescriptiblemente preciosa. Al sentirme bendecida de compartir esa forma de vivir con todas las que nacen como humanas, he continuado expresando algo respecto al mundo. El camino que tomo es el camino para crear un mundo pacífico. Estoy agradecida de darme cuenta, cambiar y crecer en mi vida cada día. Muchas gracias.