KEIKO KOMA net

14 Enero, 2020

 

He llegado a Vladivostok. En el momento en que aterrizamos en la tierra de Rusia, las almas enterradas en la tierra cubierta de nieve comenzaron a moverse. Cuando lo expresé en mi poema, derramé lágrimas desde lo más profundo de mi corazón. Es un encuentro con almas que sólo es posible ahora. No tuvimos oportunidad de conocernos antes... sólo pensar en ello me hace llorar. Me alegro de que nos conociéramos. Almas que encontramos... de aquí en adelante...