KEIKO KOMA net

21 Diciembre, 2019

 

En el curso de consejería de Idaki de hoy, se sentía como si yo fuera una de las participantes. La vida humana vive en la sociedad. Y cuando la sociedad está orientada a la vida, una vida brilla y se da cuenta de sus funciones. Habiendo sido liberada de mi destino, he descubierto y vivido mi verdadero yo. Al profundizar mi comprensión día a día, año tras año, de que la forma en que he vivido es el camino de la vida humana, no tengo más que gratitud. Deseando que personas de todo el mundo tuvieran esa experiencia, busqué y verbalizaba los destinos de las participantes en el Curso de Asesoría idaki hoy. Aunque las palabras pueden ser cortas, la condición revelada en esas palabras es una vida humana dolorosa que me trae lágrimas y que ninguna cantidad de lágrimas es suficiente para expresar. Tal dolor se convierte en amor. Ninguna experiencia que no sea un milagro le puede pasar a nadie. Cuando cada persona viva, dándose cuenta de su verdadero yo, se creará un mundo pacífico. Escuché que una persona afecta a 300 personas, incluso si esa persona no hace nada. Si él o ella hiciera algo, la influencia llegaría a más personas. Y cuando esa persona es liberada del destino interior y se convierte en su verdadero yo, el alcance de la influencia es inconmensurable. Empezaré mi vida de nuevo desde hoy, deseando vivir con una interioridad mucho más rica y hermosa para lograr la paz mundial. Muchas gracias.