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KEIKO KOMA net

 

18 Septiembre, 2019

 

Recibí fotos que mostraban un cartel del concierto del Maestro Idaki Shin que se celebraría en Vladivostok. Al verlo puesto frente a la sala de conciertos, derramé lágrimas, sintiendo el viento de Rusia. Sentí que muchas almas estaban esperando esta ocasión. Y entre ellas había muchas almas de mis compatriotas separados: el temblor en mi corazón y las lágrimas corriendo por mi mejilla lo revelaron. Es una larga, larga historia de la historia. Por fin ha llegado el momento. Estoy sinceramente agradecida por la bendición de la oportunidad de celebrar el concierto del Maestro Idaki Shin en una tierra a la que emigraron mis compatriotas separados. Vivo en un momento en que nuestro deseo sincero se hace realidad. Junta con numerosas almas que vivieron mucho tiempo cuando su realización no fue posible, me moveré para crear una era humana donde nuestro dolor nunca se repita. Escucho la voz de mi cuerpo todos los días y lo escribo sobre papel. Sé muy bien que no puedo vivir sin expresarme y avanzar hacia mi determinación de darme cuenta del deseo sincero que sigue existiendo en mi corazón. Sigo avanzando, en un momento en que todos nuestros deseos serios se harán realidad.
Pronto me iré a París. Busco a mis compatriotas dondequiera que vaya. La palabra "compatriota" en ruso tiene el significado de un vínculo más fuerte que la sangre. Al escucharlo, deseo encontrar a muchas personas con tal vínculo en todo el mundo. Una vez más me dirijo al mundo. Siento que un futuro se abrirá a la vez si me encuentro con gente que pueda venir a nuestra casa de huéspedes y sala de té en Japón. Me muevo buscando encuentros, vivo. Muchas gracias.