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KEIKO KOMA net

 

13 Septiembre, 2019

 

En nuestro taller en el Monte Hiei, pusimos las obras de arte en el horno y encendimos un fuego por la mañana. Hicimos fuego una y otra vez, y vi un mundo donde Dios se manifiesta. Es una experiencia preciosa cuando percibo profundamente cómo la mente egocéntrica de las personas es tonta. Ayer, la persona que nos llevó en coche a la aldea de Yirgachafev en Etiopía vino a visitar nuestra casa de huéspedes y me recordó el duro viaje que tuvimos. Pasamos por dificultades, sin embargo, experimentamos lo más importante, que es humano. Los seres humanos no pueden vivir yendo en contra del trabajo de la naturaleza. Entiendo que una sociedad que se crea para que sólo los humanos vivan se derrumbará. No podemos seguir viviendo sin recuperar la vida que vive en unidad con la naturaleza. Viendo el fuego que arde en el horno hoy, me corrijo. Me enseñaron y percibí con mi vida que los seres humanos no podrán seguir viviendo sin entender la función original de la vida.
Pinté tapices en el taller para la exposición que se celebrará en París. Disfruté dibujándolos exactamente como los imaginé y olvidé el paso del tiempo. Siento que la era ha cambiado al ver el paisaje de luz que pinté. Es una época en la que se manifiesta Ser Grande. Cada una de nosotras es capaz de vivir, expresando la luz de un verdadero yo. Desde el paisaje de luz donde la flor de la luz verdadera está brillando brillantemente, como una flor que florece en el universo vasto, me di cuenta de que había llegado el momento. Es un momento en el que se logrará el deseo sincero de las seres humanas y se realizará la paz mundial. Muchas gracias.