KEIKO KOMA net

 

12 Abril, 2019

La aparición de hermosos árboles de cerezo en flor en Jingu Gaien me recordó a la belleza japonesa. Al nacer ser humana, contemplé comprometerme a vivir una vida humana. Debido a la casa de la ceremonia del té que construimos en el Monte Hiei, me mudé para aprender el hermoso espíritu de las japonesas. Siendo purificada completamente, con una interna conectada al universo y un corazón sereno y claro, me sentí tan feliz como una humano genuina en la riqueza de vivir junta con otras personas. Después de construir nuestro salón de té y organizar una ceremonia, siento el espíritu de las japonesas de cerezos en flor y el corazón de las japoneses de la claridad hermosa de las flores de canola y las flores amarillas en la orilla de un río. He estado experimentando un manantial lleno de belleza y riqueza. Aunque mi corazón se oscurece a veces por el estado de crisis de la humanidad, y por eso, siento firmemente la necesidad de adquirir una vida completamente maravillosa como una ser humana. Siento profundamente cada día que permanecer humana en todo momento es lo que es vivir. Estaría agradecida si pudiera dedicar toda mi energía a la paz mundial construyendo sobre la riqueza y la bendición de vivir una vida llena de comprensión, aprendizaje y crecimiento cada día que pasa. Muchas gracias.