KEIKO KOMA net

 

26 Marzo, 2019

Pensar en la vida es algo a lo que he dado prioridad sobre comer o dormir desde la niñez. Después de haberme encontrado con el maestro Idaki Shin, encontré las respuestas a las cosas que había contemplado al vivir, lo que me permitió vivir una vida bendita. Hoy continúo pensando en la vida. Mientras que las flores de cerezo empiezan a florecer, sintiendo el viento primaveral y viendo los cerezos, tengo muchos momentos en los que recuerdo la primavera en mi niñez. Sintiendo que mis primeros años y el tiempo presente están conectados, me lleno de un sentimiento de gozo que no puedo describir con palabras; Confirmo que los sentimientos nacidos y las cosas que sentí en mi edad temprana permanecen profundas dentro de mi vida. He experimentado que los sentimientos más íntimos nacidos y la verdad continúan existiendo independientemente del paso del tiempo y que son llevados y revividos a través de un encuentro. Esta primavera recuerdo profundamente dentro de mi niñez y adolescencia, el tiempo antes de conocer al maestro Idaki Shin. Y percibo que mi sensibilidad de entonces ahora está reviviendo como si fuera bien desde adentro. Desde la niñez, he vivido deseando y orando por la paz mundial. Con la sensación de perseguir un sueño desesperado, a menudo estaba desesperada por los actos de los seres humanos que crearon conflictos uno tras otro. Pero la verdadera exigencia de mi vida era que toda la vida se salvase mientras me entristeciera. Deseo sinceramente vivir con un corazón puro para ser alguien que sirva a las demás para contribuir a la construcción de la paz. La primavera de este año me dice que ahora y el futuro serán un tiempo de realización. Muchas gracias.