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8 Febrero, 2018 / en Tokyo

Fui convertida en llena de gozo por ver la película de mi patria querida. Mis días pasaron con el anhelo de ir al Monte Gojo, la cuna de Koguryo, representando mi deseo de volver al origen de la vida y mi deseo de experimentar con todo el mundo que todas somos una en el origen. El origen es el amor. En Café Akira en Tokio, tuve otra vez hoy una proyección del concierto "Leyendas de Koguryo Redescubierto", seguido de un encuentro conversacional. Fue el concierto celebrado en Kioto el 11 de enero de este año. Ayer, fue el celebrado en Nara el 10 de enero. La diferencia de un día y la diferencia en lugar del concierto dio lugar a la manifestación de un mundo totalmente diferente. En la investigación de hoy, percibí el trabajo y el poder del Ser Grande, que reunió en la unidad un mundo que había sido intensamente inestable. Mi interna también llegó a ser inestable, en repetición de un estado de miedo y pavor. Al final de la proyección, llegué a un estado que condujo a la vida a un alma eterna y fui relevada, a su vez como encantada, que hayan regresado a casa, o al origen de las almas. El viento que sopló en Monte Gojo fue un viento de la eternidad. Transmitió que un alma que vive maravillosamente, viviendo siempre la verdad, bajo alguna circunstancia es realmente eterna. Me enteré de que aceptar a las que son falsas sólo llevará mi vida a la destrucción. El viento me enseñó un camino de regreso al origen, de expresar el alma hermosa, nunca divergente de la verdad y vivir en la eternidad. Las almas de Koguryo fueron diciéndome que ha llegado la "hora", donde vivir una vida humana auténtica es vivir siempre la verdad y esconder la verdad o ser vaga acerca de ella sólo provoca miedo. Está llena de dolor y la tristeza del pasado no crea futuro. La expresión de un alma absolutamente pura es darse cuenta de que la verdad abrirá el futuro. Ahora es un gran punto de inflexión en la historia. Todo ha sido revelado. Es el comienzo de una verdadera vida de vivir la era de Ser Grande. Nadie puede seguir viviendo sin vivir la verdad. Muchas gracias.