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3rd Jan. 2017

Mi madre solía decir que era feliz cuando yo estaba feliz. Cuando murió me puse a buscar su alma desesperadamente... En el concierto de Idaki Shin en Hiroshima, imaginaba su cara sonriendo felizmente. Ella me dijo que debo vivir una vida más feliz. Sin cesar lágrimas se acercaron y limpiaron para afuera mi tristeza por haber perdido a mi madre. Me di cuenta de su alma llena de vacantes en mi corazón con una luz. Una nueva forma de vida unificada con su alma inició.
El 2 de marzo, el primer día de la primavera, celebramos nuestro concierto en nuestra casa de huéspedes en Mt. Hiei. Imaginaba la cara feliz sonriente de mi madre diciéndome que me ha encantado en el corazón y respondió dentro de mi corazón que lo hicieran. Lograr vivir una vida feliz recompensaría a almas de personas que vivieron en el pasado. Mi corazón tembló con la calidez de un alma y de gratitud. Choreé lágrimas. Un alma fue conectada con otra. Podíamos vivir una vida verdaderamente feliz para cuidar las almas de personas que vivieron en el pasado y por el bien de las generaciones futuras. He creado un poema sobre esto. Me estoy dando cuenta de una nueva forma de vida rellena de amor, luz para una vida eterna. Voy a difundir lo que he realizado al participar en el concierto celebrado en nuestra casa de huéspedes. Esta fue una gran esperanza de cambiar el mundo entero. Muchas gracias.