KEIKO KOMA net

 

24th Nov. 2016

En Tokio nevó en noviembre por primera vez en cincuenta y cuatro años y gocé viéndolo nevar. Una niña quiso jugar con la nieve pero no cuajó y una de mis compañeras vino y nos pusimos a charlar con el café todas juntas. Sentí alegría grande y una esperanza de futuro.
La noche miré encima y encontré un astro que una compinche me dijo ser Sirio. Por coincidencia nuestra cafetería de Sendaiestá en la planta abaja del edificio de Sirio. Sirio ha sido uno de mis coimes en vida y parece puro, arrecho y chévere. Imaginé el sentido de mi vida.
Senti alegría grande viviendo junta con tomadoras del curso de consejería de Idaki con quien pudiese compartir un corazón humano tibio para vencer cualquier obstáculo y abrir un futuro guay. Nuestra vida es de una vez por todas.Nacida como humana creo que cada una debe pasar un amorauténtico participando en los conciertos de Idaki Shin.