KEIKO KOMA net

 

6th Nov. 2016

En el Mt. Hiei bajo el rayo de sol suave de otoño árboles tocaron mi corazón como si me topara con mi padre que hubiese estado muerto durante muchos años. Lágrimas subieron a mis ojos. Recordaba haber caminado a lo largo de árboles en Monte Gojo, la cuna de Koguryo, y encontré el alma del rey Tomei. Además, recordaba haber encontrado el alma del rey Jakou que brillaba hermosamente en azul entre árboles en el campo de Kinchakuda en el pueblo de Koma que incluso fue fotografiado por mi cámara fotográfica. Por lo tanto árboles me hicieron sentir una historia larga y las almas de mis antepasados. En los árboles en la prefectura de Iwate, encontré árboles que parecían albergar almas de gente de Koguryo que estaba dispuesta a trabajar junta con mi vida. Fui rellenada con gratitud cordial. Debería dedicarme a la creación de una era humana buena que fuese un sueño de la humanidad. Realizaría una paz global.
Personas que habían perdido un alma humana parecían tristes y muy oscuras. Ayer para mi tristeza sentí que nuestro mundo llegaría a su fin y no pude avanzar al ser desenchufada de Ser Grande. Sentí pena, y debí vivir encima y seguir siendo dirigida por una luz para crear un futuro maravilloso.