KEIKO KOMA net

 

7th Apr. 2016

En la cuna del maestro Idaki Shin, Aomori siempre me hizo sentir la tibieza del corazón gentilicio, y pude recuperar un modo de vida verdaderamente humano. Pude disfrutar de conversaciones con la gente local y servirles conectándome al corazón que apreciaba cada cosa que sucede en nuestra vida. Tanto mi cuerpo como mi corazón se llenan de tibieza. Naturalmente me sentí agradecida y alegre por estar viva. Los seres humanos vivían con sangre tibia que llena nuestra vida de amor y ternura cordial. He expresado mi más sincero agradecimiento y deseo crear un mundo verdaderamente bueno para vivir todo el mundo una vida feliz. Muchas gracias.