KEIKO KOMA net

 

2nd Feb. 2016

Nunca había imaginado ni pensado que llegaría a Monte Hiei en mi vida para ser abrazada por el sonido y la fragancia del café padeciendo la asación. Mientras caminaba a lo largo de nuestra casa del tostado, sentí un gran misterio en mi vida que ha sido guiada para venir aquí a trabajar: muchos eventos maravillosos e inesperados sucedieron. Desde que había comenzado las actividades de Idaki visité varias partes de Japón y el resto del mundo. Aunque nadie me enseñó a hacer así empecé a orar para alcanzar una paz global cuando tenía tres años y no ha pasado ningún día sin hacer una oración. El viento en el Monte Hiei y su atmósfera me enseñaron que un flujo sin costura se originó desde el comienzo de mi vida y hoy pensé en esto profundamente. Mi alma temblaba, sentí que mi vida siempre había sido guiada por un ser enorme más allá de cualquier capacidad humana. Para mi gratitud el encuentro con el maestro Idaki Shin milagrosamente me salvó la vida limpiando hacia afuera destinos negativos innatos. Desde niña sentí que hay múltiples personajes en mi vida y en serio había buscado mi verdadero yo, y, debido a él, me di cuenta de que he sido controlada por el destino que fue heredado de mis padres y antepasados y reconocí mi naturaleza esencial. Finalmente empecé a vivir una vida auténtica veraz a mi verdadero yo. Estaba muy agradecida a esto. Por tanto he sido quien desee compartir mi experiencia maravillosa con personas de todo el mundo con decirle a la gente algo sobre los cursos de consejería de Idaki. Cada persona debe sentir una felicidad extrema cuando una descubre su verdadero ser y se manifiesta en el mundo actual por el bien de todo el mundo. Cuando una llega a ser liberada de las cargas y cubiertas de la vida heredada del pasado, una puede darse cuenta de su verdadero ser y motivarse a vivir y darse cuenta de una luz de esperanza en la vida eterna.
Desde la gratitud profunda yo he sido quien seriamente se encabeza hacia la realización de una paz auténtica en todo el mundo que esté conectado a mi deseo más profundo que nace a la edad de tres años.