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3rd Sep. 2015

Mientras miraba un jardín japonés desde una casa tradicional recordaba a mi padre como él acariciara un jardín japonés y disfrutara de las plantas y flores de temporada. Así lo hice y hoy llevé a cabo una ceremonia del té en la zona cultural de Ōmi y degusté nuestro café.
Servimos nuestro café de Andrómeda de Etiopía con tazas especiales creadas por Maestre Idaki Shin y mientras lo vertía el sabor del café cambió en uno puro y uno brillante. Consideré que ya no era café sino agua bendita pura. Supo deliciosa y exquisita. Mi corazón se convirtió en uno tibio y se dio cuenta de la riqueza de la vida humana.
Anoche pensaba en lo que haría durante el resto de mi tiempo de vida limitado, mientras abrazaba un sueño enorme que iba a realizar la paz mundial. Sabía que debería cambiar por completo mi forma de vida y ser unificada con Ser Grande. Yo estaba llena de vigor. Ninguna persona sería capaz de vivir sin hacer un cambio drástico en esta época y realizar una vida humana auténtica. Yo giraría la cabeza para esto, imaginaría mi corazón y recuperaría un corazón humano. Tener un momento rico de la vida en el corazón fue un regalo y estaba agradecida por ello. Como un guerrero rumbo a un campo de batalla, tuve un tiempo grande y purifiqué mi corazón. Ahora entramos en una nueva era de la base de la historia humana y me dirigiría para construir un nuevo país bueno con toda mi vida.