KEIKO KOMA net

 

8th Nov. 2014

El vestíbulo de los cursos de asesoría de Idaki mensuales de hoy celebrados en Tokio fue animado con el stand de nuestro proyecto Agricultura para la Vida. El otro día en la mañana del concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas, tomé una seta de bosques salvajes de Yoshino que impresionó mi corazón. Me di cuenta de que un vegetal verdaderamente natural era extremadamente delicioso. Y vegetales especiales que se cultivaron en un campo equipado con el sistema de sonido Idaki Shin renovaron totalmente mi vida. Mi vida se purificó y quedé preparada para el concierto en mi mejor momento.
La fresa de hoy fue enviada desde un área golpeada del desastre en la Prefectura de Miyagi, fue la primera cosecha de este año y muy dulce y grande. Después de que la gente del desastre del Tsunami volvió a reconstruir junta su empresa de fresa por el bien de las generaciones venideras. Yo estuve completamente de acuerdo con ellos y abracé una esperanza en el corazón. Así que he estado esperando que su primera cosecha sería entregada a nosotras. Por cierto el mes de mi cumpleaños, mayo, era conocido como el mes de la fresa. Estos días podríamos tener fresa en todos las estaciones sin embargo en mi infancia la fresa estaba disponible solamente alrededor de mayo. Sentí una conexión a mi vida. Como nuestro proyecto de café en Etiopía era siempre motivado para hacer un proyecto sobre el tema de la agricultura para el proyecto de la vida que uniría corazones de la gente, sentí la tibieza de los productores que purificó mi corazón. Siempre me sentí muy agradecida a ellas en este respecto.
En el Café de la Galería de Koma en Yasaka, Kioto, servimos frijoles rojos dulces especiales que se criaron en un campo equipado con el sistema de sonido de Idaki Shin y Maestro Idaki Shin solito, hizo pastel de arroz dulce con la mano de ellos. Los frijoles rojos que escuchaban su música parecían brillar con la luz y como una lo tomase una sentiría que también era sorprendentemente bueno para el estómago, sin mencionar que su sabor estaba más allá de la expresión. He oído que el campo equipado con nuestro sistema de sonido se convirtió en refinado cada año debido a la potencia de la música. Hortalizas, campos, flores, árboles y la vida en la naturaleza naturalmente respondían a la música de Maestro Idaki Shin y demostraron el efecto maravilloso de la música. La vida humana debe ser lo mismo. Yo sinceramente deseaba contribuir al resto del mundo y pondría algo en práctica.