KEIKO KOMA net

 

26th Oct. 2014

Esta noche, vi el cielo sucio y me sentí triste. Sin embargo, podía conocer una estrella que brillase. Me acordé de una estrella brillante que siempre me alentó en Monte Hiei y también en Morioka. Dije con una sonrisa que era feliz de volver a verla y me pareció que hubiese respondido a mí también con una sonrisa. Fue un momento de gran aliento desde nuestro interior. No hay nada de qué preocuparse ya que nuestra era brilló con un corazón puro. Iba a continuar a dirigirme a abrir un futuro maravilloso sin ninguna vacilación. Nuestro mundo es en efecto uno y muchos amigos estaban conmigo, especialmente en los países de Oriente Medio y África.
Instalé en mi habitación en nuestro cuartel principal muchos regalos presentados por mis amigos de Líbano, Siria, Etiopía, Irán y otros. Cada vez que los vi, pude sentir el aroma, el viento y el clima de cada país. Nuestras almas estaban conectadas una con otra. Así que tan pronto como comenzase algo nuevo mis amigas en el extranjero detectarían un nuevo movimiento y estarían listas para cooperar conmigo. Nuestro interior fue unificado como uno. Yo seguiría expresando globalmente la belleza de un corazón humano. Con este fin, abrí dos cafés de galería en Kioto con panel de Koma y otros dos en Tokio y Morioka. Donde quiera que hubiese estado abrazaba el mundo y nunca dejaba de transmitir mis mensajes en el mundo.