KEIKO KOMA net

 

5th Aug. 2014

La tierra de Dios

Visité alrededor de varias partes en Tohoku y disfruté de árboles vigorosos, selvas ricas, la corriente de un río en las montañas, lagos en las montañas, campos de arroz maravillosamente brillante, y flores de verano fuerte floreciendo en un día caluroso; todo abrazó divinidad unificada con Dios. Mi corazón fue purificado y se sentía agradecido a energías nuevas de vida. Quisiera renovar mi vida y comenzar a vivir junto a la naturaleza para abrir un mundo nuevo para vivir las generaciones venideras encima en felicidad y con el brillo vital. Personas que fueron fundidas y unificadas con la naturaleza nunca sentían rencor y fueron capaces de seguir ganando sin hacer una batalla. En cuanto a mí siempre reclamé la justicia y me aseguré de corregir algo ya que estaba viviendo en una sociedad moderna, sin embargo la vida en el bosque no se requería esto como nadie dijo una mentira de una mente egoísta; No había ningún juicio porque se expresó solamente la verdad. Por lo tanto vivir una vida como la gente vive en el bosque era vivir una vida de amor verdadero unificada con Ser Grande. Eran libres de cualquier problema de nuestra sociedad moderna. Me imaginé que cada persona debe ser despertada a esta forma de vida para recuperar la verdadera humanidad y crear un mundo nuevo en paz. Viviría en virtud de las disposiciones por Ser Grande que llenaba el espacio.