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25th Jun. 2014

Río Shinano

En el camino de Kioto a Morioka, manejé a través del río Shinano tras una larga ausencia, y me imaginé un alma japonesa en la superficie brillantemente brillante del río. Sobreviví el gran terremoto de Hanshin y los conciertos de caridad Idaki Shin que di en todo Japón para nutrir la sensibilidad humana eran una clave para hacer frente a una crisis. Y nuestro concierto fue diseñado para hacerlo. Después de celebrarlos en el área de Tohoku condujimos hacia abajo a Niigata y vimos el río Shinano atravesando la ciudad. Sentí que algo grande iba a pasar, así que me decidí a celebrar nuestro concierto de caridad. Como había previsto en un principio, hubo algunas dificultades. Sin embargo, las circunstancias se convirtieron en nuestro favor después de algún tiempo, y vine a vender más entradas que el número real de asientos. Así que tuve que pedirle a la gente devolver parte de los billetes. Sentí pena por esto y decidí celebrar otro concierto. Sin embargo, no fue fácil el segundo concierto y me enfrenté a la frialdad de la sociedad y a una atmósfera de pueblo, y al mismo tiempo, estaba apoyada por gente con tibieza en el corazón. Seguir haciendo nuestras actividades era la fuerza, y finalmente llegué a encontrar a Dios. Esta fue una experiencia inolvidable en mi vida. Me di cuenta de que Ser Grande siempre ejercería su disposición cuando siguiese siendo sincera a él y hubiese expresado mi deseo más profundo. Hoy también me di cuenta, a la vista del río Shinano, que una vez de haber encontrado un alma, los seres humanos siguen siendo unificados para siempre en nuestro interior. Sentí calor en el corazón y subieron las lágrimas a mis ojos, dándose cuenta de la naturaleza eterna de un encuentro humano. La superficie brillantemente brillante del río Shinano expresó su tristeza y amor. Me sentí muy agradecida a las personas que hubiesen estado apoyándonos y prometí premiar sus corazones. La visión del río brilla eternamente en mi corazón. Muchas gracias.