KEIKO KOMA net

 

25th Mar 2013

Al occidente

Mientras pasaba una arcada de flores de cerezo a lo largo del jardín botánico de Jindai sentí un aroma de mi niñez como un viento especial de Musashino había soplado mientras condujera bajo un pasaje recto. Cerezos fueron muy altos y grandes. Dije en mi mente que fuesen flores especiales de cerezo en Musashino y pensé acerca de mi padre quien feneciera muchos años ha ya que su imagen fue doblada con su viento y aroma. Recordé también que cuando hubiese estado en Tokaidou con mi padre cruzando sobre la prefectura de Yamanashi, su lugar predilecto, el mar vasto fue desplegado ante mis ojos que conmovieron mi corazón ya que él parecía sobrecogedoramente triste y dramático. Una brisa marítima en Oiso siempre me hacía sentir una esperanza para abrir un futuro nuevo y una tristeza de ser separada del terruño propio y solía venir a Kyoto siguiendo el sendero hacia oriente que fuera caminado por el rey Jakou y en Kyoto el río Kamogawa me hiciera recordar a mi padre. Eventualmente sentí que mi padre y almas de mis ancestros hubiesen estado siempre por detrás de mis actividades en Kyoto y me guiasen a abrir tantos como tres lugares en Kyoto para cumplir su sueño más encarecido. El ocaso y una luna nocturna me hicieron realizar la llegada del tiempo para construir un país nuevo. Cada cosa tiene una razón históricamente significante. Ahora abriría una historia humana nueva.