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9 Dec 2009

La ruina del palacio de Heijou

Desde la antigüedad el cielo ha hecho un crepúsculo dramático con nubes viajeras y un rayo de luz santa signo para construir una nación nueva. Temblé ante el lucizaje magnífico. El cielo de Nara era muy grande y anticipé el acontecimiento de un drama histórico pavimentando el camino para una nueva era humana. Me regocijé al oír que casi cada espectador en nuestro concierto celebrado en Kyoto fuera muy impresionado con el concierto ya que era el primer encuentro con el mundo de Idaki en sus vidas. Sentí levantarse una carga de mis hombros. Sentí que todos cuantos vinieran a experimentar este concierto milagroso tuvieran mucha suerte. Tras el concierto, reconocí que el espacio circundante estaba completamente cambiado. Cuando visité Nara, la Madre Tierra entregó un mensaje que mantener un estado estable de vida entre la comunidad local no conduciría a la pavimentación de un camino hacia la paz global ya que esto era olvidar la luz celestial que descendía desde el mundo más allá del universo. La vida humana efectivamente estaba conectada con el vasto universo. Cuanta más gente reconociera esto, mejor devendría nuestra sociedad. Nuestro concierto ha provisto la oportunidad de experimentar la naturaleza cósmica de la vida humana. Esta era la llave para irrumpir a través de cualesquiera problemas y abrir el futuro de la vida de la gente. En diciembre organizaría cuatro conciertos de Leyendas de Koguryo Redescubiertas. El Sr. Idaki Shin tocaría varios instrumentos, tales como sintetizadores, tambores japoneses tradicionales, flauta, guitarra, saxofón, etc., dependiendo del tema de mis poemas que yo narraba en escenario. Mientras yo leía poemas del mundo de las almas él tocaba la música en comunión con el interior de cada espectador. Luego, en cada país diferente donde escenificábamos el programa, aunque la gente no comprendiera el significado de mis narraciones poéticas en japonés, derramaba lágrimas de gran impresión ya que era tocada por su alma. Una señora iraní me dijo que ella siempre repensaba la razón de haber derramado lágrimas en mi concierto. De cualquier modo, tan pronto como reconociéramos mutuamente el mundo de las almas mediante nuestro concierto, podríamos construir una relación humana íntima que era la base de la paz global.