KEIKO KOMA net

 

10 Oct 2012

 Uno de octubre

En la dinastía antigua de Koguryo un día de fiesta especial para adorar el cielo cayó hoy. Así que cada año como en la antigüedad manufacturé varios dulces, pasteles de arroz, y celebré un evento. Este año, 2012, fue dicho ser el fin de nuestro mundo, así que desde la intuición compuse mi mente de repente a organizar el concierto de Idaki Shin y para mi agradecimiento sus entradas fueron agotadas inmediatamente. La sala de conciertos en Ginza era una placentera y pequeñísima y devino transformada en un espacio universal vasto mientras la música continuaba. Fui extremamente feliz, profundamente conmovida y realicé muchas cosas importantes que usualmente pudiesen tomar más de un tiempo vitalicio para comprender, y ahora podía renovar mi vida mediante el reconocimiento de la naturaleza de mi interior en el concierto. Lágrimas salieron desde la impresión profunda y mi interior fue muy desarrollado. Fui llenada con alegría mientras las circunstancias externas siguiesen este camino pronto o tarde. Sentía que este octubre devendría mes de frutas y nuestras actividades influirían sobre el resto del mundo. Nada fue más precioso que esto. Viviría en Japón y pavimentaría un sendero para hacer globalmente muchas frutas costosas.