KEIKO KOMA net

 

8 Oct 2012

 Ciudad castellana de Wandu

Habiendo pasado a través de muchos acontecimientos en septiembre alegremente acogimos un mes nuevo. Mientras pudiésemos disfrutar de la rotación de cuatro estaciones en Japón ahora estaríamos en un otoño que hiciese frutas. Especialmente este año sentí que nuestras actividades de Idaki hiciesen frutas grandes, y seres humanos acogiesen la llegada de una era nueva que permitiese a cada persona vivir una vida verdaderamente humana. Fuentes de oscuridad han sido estregadas, y, veraz a lo que fuera imaginado antes de este septiembre, se destruirían a sí mismas mientras quedasen aquellas que abrieren un futuro maravilloso. Estábamos efectivamente vueltos hacia una transformación grande de la historia humana que cada cual reconocería. Recibí un mensaje desde Ser Grande que para moverse hacia adelante hubiese un sendero sobre el cual viviésemos. En este mes nuevo me concentraría en promover y organizar los conciertos de Idaki Shin que nutrirían la espiritualidad humana y corazones para que pudiésemos vivir encima, mientras no muriese la espiritualidad alta. En el último día de septiembre en la reunión de salón celebrada en el Café Akira Roppongi, Tokio, observamos un vídeo de la ciudad castellana de Wandu durante los últimos dos días, que fue filmado y editado con su música. Reconocí que la espiritualidad de Koguryo fuese eterna y viva dentro de un espacio universal. Mi vida devino extremamente vigorosa. En cualquier tiempo del cual la gente de Koguryo haya vivido a través unificada en corazón una con otra, protegida por sus colegas con tibieza en el corazón puro, y seguido viva mediante la creación sin costuras de un campo nuevo, devine muy animada por ella. Mientras sentí que el corazón por un terruño fuese uno muy natural para cualquier ser humano, sin embargo, muchas tierras históricas de Koguryo estaban situadas en una zona políticamente estratégica y un lugar difícil para visitar para turistas ordinarios. Así que necesité siempre pavimentar un camino para la paz global. Mientras el corazón de cada cual fuese restaurado nuestro mundo devendría uno verdaderamente pacífico. La proyección hodierna de la ciudad castellana de Wandu me hizo rezar por paz por todo el mundo y me juré que seguiría procurando este fin.