KEIKO KOMA net

7 Nov 2009

Mundo feneciente y mundo naciente

No pude dormir anoche. Sin embargo cuando vi el sol naciente me sentí profundamente obligada a estar viva y ser provista de un día nuevo. El primer encuentro que tuvimos me sorprendió ya que todos los presentes nos trataron de una forma muy extraña. Pensé que tenía que tomar otras medidas en la organización de encuentros. Eventualmente, tuve ganas de visitar el santuario de Kamigamo sólo para saludarlo y dejar pasquines de nuestros conciertos. Sin embargo, cuando llegué allí una azafata nos informó acerca de nuestra visita a un sacerdote superior y fuimos invitados a una sala de reuniones. Un sacerdote encargado nos dio la bienvenida altamente mientras decía que había estado profundamente interesado en nuestras actividades concertantes internacionales por la paz, especialmente en nuestro tema ‘edades divinas’ ya que leyera nuestro pasquín temprano en este año como por coincidencia este era el mismo tema que sus propias actividades culturales. Repetidamente nos pidió considerar la organización de un concierto en el santuario de Kamigamo en algún momento del año próximo. Se nos sirvió té tradicional con dulces especiales y quedé muy impresionada ante la tibieza de su corazón y el cuidado meticuloso hacia nosotros. Sentí que este encuentro maravilloso fuera guiado a tomar lugar por una obra de un ser grande, y quedé profundamente obligada ante todo. Recordé que la visión de mi interior anoche me mostró la división de un mundo feneciente y un mundo naciente. Tras esto, condujimos a templos en una zona de montaña y vi que árboles estaba entregando mensajes a gente para afinarse con la naturaleza grande. Cuando fui tocada por su energía positiva fui llenada de tibieza desde el meollo de mi vida e imaginé una nueva dirección a seguir para la sobrevivencia tanto de la humanidad como de la naturaleza circundante. Quienes hubieran experimentado la habilidad grande del Sr. Idaki Shin deberían informar correctamente a los demás acerca de su poder milagroso, ya que seguramente hubiera gente que hubiese estado esperando el adviento de un mundo nuevo.