27 Agosto 2012
Recolecta de poemas para la vida
Mientras iba arriba al segundo piso del Café de la galería de Koma en Yasaka, Kyoto, pude ver una vista magnífica de la torre de Yasaka que fue rodeada por árboles verdes y su belleza siempre animaba mi vida. En un ocaso de un día veraniego, hoy celebré una recolecta mensual de poemas y cada partícipe tomó asiento en el suelo y escuchó mis poemas diarios. Mientras narraba uno, sentí que almas de gente que se nos unieran orquestasen mi narración. Un momento sereno y placentero había pasado. Se sentía como si se hubiese ido atrás a un tiempo antiguo o hubiese viajado en el futuro. Especulé acerca del significado del tiempo y ahora mientras reconocía que cada cosa fuese real y almas de gente que viviera en el pasado me hablasen. Vivir una vida junta con numerosas almas gentilicias era efectivamente una muy feliz. Luego cada partícipe narró un poema propio en turno y mientras atentamente escuchaba uno, supe que café delicioso y dulces especiales manufacturados por el Sr. Idaki Shin nos esperasen escalera abajo donde había una mesa grande hecha de un árbol natural que nos permitía sentarnos alrededor, apreciarlos especialmente y hablar con cada cual. El dulce hodierno sentó bien a una noche en verano que parecía al mismo tiempo tradicional y futurista. Gente viviendo en un futuro remoto lo tomaría como dulce popular bello. Tan pronto como lo puse en mi boca devine llenada con una sensación de alegría que no pude expresar plenamente en palabras. Me dije dentro de mi corazón que estuviese verdaderamente alegre con esto, y cabeceé solita. Luego el café especialmente servido por el Sr. Idaki Shin con una taza expresando una floresta profunda que también fue creada por él fue negro pero pareció transparente y rico en aroma. Recordé un cuento que en tiempos antiguos un monje islamista alto nombrase el café como agua sagrada negra que tuviese un poder especial como agua de un lugar santo. Así en una noche veraniega llenada con un aroma de tiempos antiguos el café y los dulces hechos por el Sr. Idaki Shin fueron exquisitamente aparejados y en armonía los unos con los otros. No supe cómo decir que estuviese alegre y probé un bocado tras otro hasta que el plato deviniese vacío. Este fue un momento bello de mi vida y le agradecí y a cada cual desde el fondo de mi corazón ya que pudiésemos compartir un tiempo maravilloso una vez al mes bajo la torre de Yasaka y crear poemas de almas sobre café bello y dulces. Mi agradecimiento retumbó plenamente mi corazón propio. Un viento bajando desde la torre de Yasaka fue lleno de vigor para construir un país nuevo y reconocí que en tiempos antiguos cada cual hubiese trabajado muy duro bajo un cielo soleado caliente, mucho sudor y lodo de tierra. En cualquier era humana, gente procuraba crear un fichero nuevo del cual vivir. Bajo la torre de Yasaka y su viento comenzaríamos a construir un mundo nuevo que no había pasado en la historia humana en el pasado que fue que cada persona viviría una vida brillantemente brillante.