KEIKO KOMA net

15 Oct 2009

Fragancia de Osmanthus fragrans

Cuando regresé a Tokio desde Aomori, un árbol de Osmanthus fragrans plantado en la puerta de la valla florecía. Mientras me acercaba a él, fui rodeada por un aroma familiar de Koguryo que me recordó a mi padre que lleva muchos años muerto. Cuando era colegiala de instituto y quería ir a Kyoto para acomodar mis dolores mentales, él me dejaba hacerlo sin preguntar la razón. En cambio dijo sencillamente que para cuando volviese de Kyoto las flores de Osmanthus fragrans ahora en eclosión habrían caído. Desde entonces recordaba este incidente cada año cuando me topaba con una flor de Osmanthus fragrans con fragancia dulce. Así fue que decidí plantar un árbol de Osmanthus fragrans en la entrada cuando construí una casa nueva, y cada año en esta estación, mi casa era rodeada de su fragancia. Hoy hubo una reunión para nuestro próximo concierto en Shinjuku en la sala de Mitaka que he estado usando desde que comenzamos las actividades de Idaki hace veintiséis años, deseando abrir una sociedad humana nueva y un ambiente global para que niños y generaciones nuevas sigan viviendo. La manera de llegar hasta allí también estaba llena de escenas familiares y sonidos placenteros de otoño que tocaron mi corazón. Fue en punto de partida de todas las actividades de Idaki, tales como los cursos de asesoramiento de Idaki Shin y muchas reuniones. Reconocí que la humanidad estaba aun en el margen de la sobrevivencia o la extinción y que ahora era el tiempo para las mejores empresas.