31 Julio 2012
En la zona de Tohoku
Nutrición grande desde tiempos antiguos.
Viento fue ameno aquí.
Almas gentilicias y corazones fueron salvados y nutridos.
Ahora, pasión llena de mosqueo fue estregada
Y disuelta en un espacio vasto.
Mientras abría mis ojos
Un viento azul maravilloso fue imaginado
Justo delante de mi cara.
Estuvo brillando brillantemente y
Transformando nuestro mundo en uno completamente nuevo.
Luego su color devino morado y ese viento nocturno
Manifestó un lapso elegante temporal.
Entre estrellas brillantemente brillantes
Una particularmente grande me interpeló e instruyó.
Esa luz estuvo presente ahora, así como nuestra esperanza por un futuro glorioso.
A una flor de un viento.
Quisiera expresar mi agradecimiento más profundo a cada cual ya que por Internet pudimos transmitir exitosamente el concierto de Idaki Shin. Imaginé que un hueco deviniese abierto en la pared espesa de la oscuridad. De repente la misma cosa fue soplada que la que experimentara en un desierto cuando escribiera mi poema titulado ‘Flores Ventosas’. Este cursaba sobre un niño quien estuviere a punto de morir en un desierto por desangramiento y un poema entregado a él por una diosa quien lamentase su vida diciendo que su sangre fuese como flores en un desierto. El viento de desierto especial me trajo un mensaje diciendo que la historia triste humana que sacrificara muchas vidas gentilicias estuviese a punto de acabar. Fui llenada con esperanza ya que Japón y países de Medio Oriente fuesen conectados firmemente por una luz gloriosa y yo avanzase desde hoy en Tohoku para que esta luz de esperanza prevaleciese por todo el mundo.