KEIKO KOMA net

2 Junio 2012

 

Provisión de Ser Grande para nuestro concierto de Ootsu

 

Mientras me paraba al lado del lago Biwa el sonido de olas gentiles de agua devino un mensaje de un alma. Cuando intenté interpretarlo en mi manera propia el mensaje paró. Así que escribí palabra por palabra lo que dijo y con agradecimiento ello gradualmente clarificó el significado de nuestro concierto en Ootsu: la historia de la oscuridad sería muy transformada en la de la luz. Llegué a reconocer que un modo vital que fuese plenamente ocupado con cosas ante los ojos propios era privada de dignidad humana y no una vida auténtica humana que debiera ser dedicada a crear un mundo verdaderamente pacífico y abrir un futuro maravilloso para la humanidad desarrollando y ejerciendo los potenciales propios al pleno en la sociedad actual. Para nuestra felicidad suprema ahora acogeríamos una era humana nueva que nos permitiese participar en crearla unificada con Ser Grande. Para mi honor fui alegre ya que he estado organizando el concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas. A la vista del lago Biwako recordé que al fin del colegio intermedio viajáramos al lago Biwako y cruzáramos luego el monte Hiei de noche bajando a Kyoto midiendo el nochizaje de Kyoto. Esto quedó permanentemente en mi mente como visión luminosa que parecía simbolizar algo importante. Por alguna razón no pude leer mi poema acerca del lago Biwako sin derramar lágrimas. Sentí un eslabón misterioso. Habiendo tomado los cursos de asesoramiento de Idaki que me permitieron manifestar mi naturaleza verdadera, más a menudo que no, un signo simbólico revelaba su significado sólo algún tiempo después. Fui conmovida por la profundidad grande de la vida humana. En mi adolescencia llegué a visitar Kyoto a menudo porque había encontrado algo grande en el viaje efectuado como viaje colegial de mi colegio intermedio. Mi vida había sido llena de dolores hasta que llegué a encontrar al Sr. Idaki Shin quien aclaró todos los misterios y las preguntas que tuviera yo acerca de mi vida y transformó la tristeza y los dolores en vigor nuevo para seguir viviendo. Mi futuro devino plenamente abierto. Anticipé un cambio grande tras los conciertos venideros a ser celebrados en Kyoto y Ootsu. El destino que imaginara en el monte Hiei estaba todavía allí pero para mi alegría grande iba a ser cambiado por algo nuevo. Manifestaría mi naturaleza verdadera y pavimentaría un sendero para realizar una paz auténtica por todo el mundo. Ahora era el tiempo.