KEIKO KOMA net

17 Apr. 2012

Cultura gastronómica

 

Fui invitada al día árabe y probé una variedad de platos árabes que fueron preparados por la mujer del embajador de cada país. Cada cosa fue deliciosa y llena de amor. Recordé que en Bint-Jibeil, Líbano, una ciudad cerca de la frontera con Israel, fui invitada a almorzar en la casa de un miembro del parlamento libanés. En ese tiempo fui invitada a celebrar nuestro evento concertante con mis narraciones poéticas tituladas ‘Mensajes desde la Madre Tierra’ en la ciudad más triste destruida por la guerra que causara numerosas víctimas. Aunque narrara poemas en japonés fui impresionada ya que el público local los comprendió mientras escuchaba con agotamiento anímico. Y tras el concierto junta con todo nuestro elenco disfruté del almuerzo delicioso mientras sentía amor desde cada plato; esto devino una de las experiencias inolvidables en mi vida. Reconocí que preparasen el almuerzo desde los deseos más profundos y amor por sus miembros de familia de modo que hubieran debido seleccionar los materiales sanos mejores que tuviese mucha energía, preparado bellamente con cuidado, y rezado por su bienestar. En la recepción hodierna, cada plato árabe fue delicioso y me hizo realizar amor cardiaco. Sentí que pudiésemos crear una sociedad verdaderamente buena y comunicarnos con gente al corazón si expresásemos nuestros deseos sinceros de esta manera, mientras un plato tradicional árabe fue un ejemplo de su cultura maravillosa y la riqueza de un corazón gentilicio. Recé sinceramente que un mundo verdaderamente pacífico que permitiese a gente vivir una vida feliz llegase en el día primero posible. Este fue mi deseo más profundo que encareciera desde la niñez. Sentí agradecimiento mientras llegué a conocerme con gente en países árabes con quienes nuestro corazón estuviese conectado el uno al otro. También fui motivada a tener ocasión de apreciar platos con mis compinches también en Japón mientras el almuerzo que habíamos tenido en Bint-Jibeil quedase permanentemente en mi corazón como memoria bella. Sentí agradecimiento a su corazón tibio. Recé que gente nunca fuese privada de felicidad por cualesquiera fuerzas externas.