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11 Apr. 2012

El concierto de Idaki Shin

 

Solía contar a cada cual con quien me topase incluso por casualidad en una calle que sin la música tocada por el Sr. Idaki Shin no pudiese seguir viva. Hace veintiocho años caminé alrededor de la ciudad de Hiroshima y en un cruce me dirigí a una persona quien esperaba un semáforo verde e introduje nuestro concierto. Esa persona me preguntó cómo encontré su música indispensable para mi vida y contesté que lo entendía literalmente ya que dije que ‘no podía vivir sin su música’. Repetí lo dicho y luego expliqué cómo me había recuperado de una enfermedad fatal y descubierto una vida llena de esperanza sólo con escuchar el sonido del piano tocado en improvisión por él. Devine vigorosa lo suficiente como para seguir viva. Dolores y tristeza en mi corazón que había sufrido desde la niñez fueron clarificados por su música y no pude abstenerme de estallar en lágrimas durante un rato, y luego me hallé plenamente abierta de modo que una luz especial había descendido en mi corazón. El sonido del piano tocado por él era mucho más que el musical. Nunca olvidaría el momento en que recibiera la luz con esperanza grande para seguir viva. Aunque un médico me había mandado morir dentro de dos meses, el encuentro con el Sr. Idaki Shin milagrosamente salvó mi vida y además devine despertada a la verdad y realicé un camino para realizar el deseo más profundo que encareciera desde la niñez que fuese la paz global. Dolores sufridos desde la niñez se fueron y estaba viviendo una vida verdaderamente vigorosa. Literalmente debía mi vida al sonido tocado por el Sr. Idaki Shin. Sin esto no hubiera podido seguir viva y hubiera debido morir hace mucho tiempo. Cuando conté este cuento alguna gente compró billetes para nuestro concierto sobre el lugar. Una vez me dirigí a una chica que se sentó junto a mí en una tienda de tortas y le dije que nuestro concierto manifestaría su ser verdadero. Y compró un billete inmediatamente con ojos brillantes. Así amaba contar a gente acerca de mi vida y experiencias especiales habidas en los conciertos de Idaki Shin que me permitieron hablar con cualquier persona topada incluso por primera vez acerca de las cosas esenciales en nuestra vida a las que solía responder la gente con sinceridad, honradez y ganas de participar en nuestro concierto. Esta fue efectivamente una actividad concertante única. Una señorita conocida en Gifu me escribió una carta contándome que yo causara una fragancia especial de primavera mientras introdujera nuestro concierto y ella estuviese extremamente contenta. También escribió que aunque a lo primero se considerase no un cable para vender muchos billetes a nuestro concierto deviniera animada a retar vender algunos para subvenirnos y aceptara mi propuesta. Actualmente agotó todos los billetes que le pasara. Agradecí el poder toparme con mucha gente nueva que nunca hubiese tenido la oportunidad de conocer sin nuestras actividades concertantes. Fui extremamente feliz de ver que tras haber participado en uno de nuestros conciertos ellas deviniesen liberadas de dolores y tristezas vitales para abrir un futuro maravilloso. El concierto de Idaki Shin fue un deber vital. Estaba anticipando encontrar a gente nueva y la verdad en el concierto venidero en Kyoto.