KEIKO KOMA net

15 Agosto  2009

Una fiesta veraniega

Hoy celebramos la segunda sesión de los cursos de asesoramiento pianístico de Idaki Shin e investigué factores negativos heredados dentro de la vida de cada partícipe. Mientras yo los verbalizaba, el Sr. Idaki Shin tocaba el piano para expresarlos plenamente, permitiendo a cada cual reconocer correctamente y por ende a realizar la liberación. Aunque he visto este tratamiento maravilloso muchas veces, hoy también fui grandemente conmovida al haber presenciado un milagro. De regreso a casa, hubo una fiesta veraniega tradicional que me hizo recordar que solía ir a participar en una fiesta similar cada verano durante un período de seis años cuando cursaba el colegio primario. Mi madre me había hecho un atuendo especial tradicional llamado Yukata. Un día me encontré con uno de mis compañeros de clase en una oscuridad junto al círculo central del acontecimiento como si de una linterna se tratara. Nos miramos las caras y reímos ruidosamente debido al gran regocijo. Desde entonces he anticipado algún encuentro maravilloso, me he puesto una Yukata para ir a un acontecimiento festivo, y he merodeado alrededor de la ubicación. Sin embargo, tan impresionante encuentro nunca ha vuelto a ocurrir. Esta memoria llegó con una cómoda  brisa estival que aun resaltaba en mi mente. Así que hoy con toda la naturalidad del mundo estaba buscando a mi compañero de clase en la oscuridad junto al círculo central del acontecimiento. Me preguntaba porqué dicho encuentro hubiese sido perpetuado en mi memoria, aunque no fuese sino un acontecimiento minúsculo. Se supone que fuera tocada por la brisa de un alma, y que se tratara del comienzo de una vida nueva guiada por el mundo de las almas.