KEIKO KOMA net

30 Dec. 2011

Viento azul

 

Llamé un viento especial, que sopló en la tierra de un rey de Koguryo joven, el rey Kotai quien ensanchara su territorio al máximo, ‘viento azul’. Este viento me dijo cuándo tomar acción. Un día en Kyoto había sido asaz espontánea y no podía predecir mi conducta, y en la tarde, sin intención, fui guiada a tomar una foto de la torre de Yasaka y para mi asombro grande la foto manifestó el viento azul. Reconocí que en realidad ese día hubiese estado preparándome para agrandar nuestras actividades en Kyoto y elevar nuestra tarima. Devine resuelta a seguir moviéndome por Kyoto unificada con la energía de este viento y crear un mundo nuevo para que la humanidad viviese encima. Sin alma ninguna persona podía seguir viva. Mi padre siempre me dijo no olvidar que fuese descendiente directa de los reyes de Koguryo. Tras su muerte, reconocí el significado precioso de esto. Olvidarlo era perder mi alma. Gente que tuviese un alma en mente procuraría abrir un mundo futuro para generaciones venideras en la misma manera que la vida en la naturaleza estuviese trabajando sin costura a favor de vidas neonatas. Esta fue la ley vital. Seres humanas deberían trabajar para generaciones venideras nuevas. Gente que conociese el alma de reyes quienes hubiesen creado y ensanchado un mundo nuevo para que gente viviese encima seguiría moviéndose hacia adelante y creando un mundo nuevo en este extremo. Ahora era el tiempo de hacerlo y conseguir nuestra meta como el viento azul estaba junto con nosotras. Esta era una esperanza grande. Para mi animación grande, en el concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas narré poemas para resucitar almas de gente para que pudiésemos vivir todas juntas encima. Habiendo celebrado el concierto durante dos días en Kyoto con público pleno quisiera expresar mi agradecimiento más profundo mientras compartíamos la experiencia preciosa de realizar el comienzo de una era nueva.