KEIKO KOMA net

25 Dec. 2011

Ser Grande

 

Proyecté el vídeo del concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas celebrado en Kyoto, y observé el momento de unidad de todo que transcendió un flujo temporal llenado de alegría extrema por estar viva. Cuando narré un poema sobre el rey Jakou, mi alma tembló ante la música tocada por el Sr. Idaki Shin y realizó un mundo de nada sin tiempo como el vídeo de un mar tempestuoso y tembló ante la naturaleza humana preciosa. En el concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas siempre me encontré unificada con las almas de mis ancestros, el fundador de Koguryo, rey Tomei, rey Kotai quien ensanchó mucho su territorio, y el rey Jakou quien tuvo que refugiarse en Japón a vivir una vida en el exilio tras la destrucción de Koguryo. Devine muy animada y vigorosa mientras reconocía que un alma humana era maravillosa y eterna. Mi corazón tembló. Dudé cómo pudiese expresar verbalmente mi emoción, alegría y experiencias maravillosas con el fin de compartir con gente por todo el mundo. Mi corazón fue muy conmovido y fue el Sr. Idaki Shin quien milagrosa y plenamente expresó mi corazón con su única música improvisada. Me alegró poder realizar con mi vida propia que almas de reyes ancianos de Koguryo estuviesen todavía vivos y un mundo infinito que transcendiese el pasado presente y futuro donde estuviese viviendo una vida unificada con Ser Grande. Esto me hizo reconocer el significado del mi vida y devenir despertada a la naturaleza misma de la humanidad que había deseado conocer durante tanto tiempo. Mis almas temblaron ya que en Japón podía experimentar todas estas cosas mediante la presencia en el concierto de Idaki Shin. Estaba segura de que si pudiésemos realizar nuestro concierto en India el año próximo, una cosa milagrosa ocurriría allí también. Fui muy excitada y mi alma tembló. Ahora que estaba encaminada hacia el concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas a ser celebrado en Kyoto, estaba segura de que todas mis expresiones influirían mucho sobre gente en todo el mundo y este mensaje hodierno también sería oído por alguien en ultramar y ellas me reconocerían inmediatamente cuando vendría a verlas. La vida humana era efectivamente fantástica.