KEIKO KOMA net

13 Dec. 2011

Vuelta a mi tierra domiciliaria

 

Por la mañana del día de nuestra partida desde la India visitamos un templo del Sijismo. Allí tuve que tapar mi pelo con una bufanda y quitarme los zapatos para mostrar nuestro respeto, e hice una oración tal como fui instruida por un sacerdote. Mucha gente vino por oraciones deseando recibir energías santas nuevas y dejar allí sus dolores pesados y tristezas. Me alegré mientras reconocía que esto fuese lo mismo que lo que hiciese el Sr. Idaki Shin en cada uno de sus conciertos. Por mi parte, me concentré en el mundo tres etapas antes del estallido grande, el origen de todo. Eventualmente, el sacerdote más alto quien raramente atendía a la oración vino a mí y me hizo una oración especial. Sentí la unidad de un espacio santo que estuviese conectado al mundo tres etapas antes del estallido grande y placenteramente mi cuerpo devino ligero como una pluma. Luego el sacerdote dijo que mi vida estuviese libre de cualquier ego personal y estuviese dedicándose a sí misma plenamente sin costura por mor de Madre Tierra y me presentó un collar florido como muestra del respecto más alto. Mi corazón fue muy conmovido y llenado con tibieza. En la cocina del templo muchos voluntarios estaban ocupados preparando almuerzo ya que mucha gente que no tenía dinero para comprar comida venía cada día a comer. Dijeron que la sala de banquetes principal estuviese siempre llena con alrededor de dos mil personas y que muchos tempos lo hiciesen, mientras ese templo fuese el que ofrecía cada plato. Oí que en India, también en templos del Hinduismo, ofrecen comida gratis a personas en necesidad de ayuda. Quedé muy impresionada al ver las caras bellas sonriente de gente mientras preparaba comida. Mientras seguía caminando alrededor del templo, sinceramente quise y recé que siguiesen felices y vigorosas. Realicé un alma imperecedera de gente que se encareciese y ayudase mutuamente desde la antigüedad. Imaginé que nuestro concierto en la India reanimase y difundiese esta espiritualidad grande de la India. Quedé muy dispuesta a hacer cada cosa para conducir nuestro concierto a un éxito grande.