KEIKO KOMA net

24 Nov. 2011

Viento

 

Vivamente recuerdo que cuando recibiéramos el permiso oficial para celebrar el concierto de Idaki Shin en Persépolis, el Sr. Idaki Shin me contase lo de Ahuramazda, el dios de la justicia, y fui llenada con esperanza para nuestro futuro. En ese tiempo eventualmente encendí la televisión y vi un programa documental acerca de la pobreza en China, un reportaje miserable que me hizo sentir dolores grandes de corazón y seriamente pensé sobre un modo de hacer algo. Mientras tanto un paisaje atrajo mi atención con un sentimiento de nostalgia y me hizo derramar lágrimas. Por curiosidad seguí observando el programa y finalmente descubrí que fuese una tierra histórica de Koguryo, la dinastía de mi ancestro en China nororiental. Niños y sus padres estaban llorando por pobreza extrema y compartí sus dolores dentro de mi corazón. Comencé a luchar por encontrar salida. Fue cuando el Sr. Idaki Shin me dijera lo del dios de la justicia. Luego reconocí que mientras abría mi corazón podía recibir influencias positivas desde Ser Grande, reconocer la naturaleza eterna de la vida humana conectada a ello, y descubrir una vía para vencer cualesquiera situaciones difíciles. Si una dejaba de avanzar no habría solución e imaginé una visión luminosa que un viento especial diría a cada cual en tierra algo acerca de esto. Llamé este viento ‘viento de justicia y rectitud’. Tomaría acciones veraces a esto. En el concierto de Idaki Shin cada persona podía realizar su interior que fue conectado a un mundo sin fronteras de eternidad que permitiría portar vigor y valor para vencer cualesquiera problemas. Gente naturalmente podría comenzar a avanzar y encontrar soluciones realizando esto. Una persona cuyo interior fuese transparente y ampliamente abierto recibiría energías cósmicas. Mientras visitaba un sitio histórico en varias partes del mundo, siempre reconocí que seres humanos antiguos hubiesen sido recibidos por la energía cósmica y realizasen cosas milagrosas que incluso la ciencia más avanzada moderna no pudiera dar una explicación factible cómo las hicieran pasar como en la piedra cuadrada gigantesca cerca de Baalbeck en Líbano y una construcción masiva pétrea de la tumba del general de Koguryo, etc. Reconocí que poderes especiales hayan sido provistos a nuestros ancestros antiguos que gente moderna no pudiese ni siquiera imaginar. Mientras me paraba allí, mi corazón devino conectado con el universo y pude sentir un mundo eterno. Este fue el mismo estado mental que experimentara en el concierto de Idaki Shin. Cada uno de sus conciertos nos permitía experimentar y recuperar sensibilidad humana que nuestros ancestros antiguos solieran tener. Mientras la vida humana estuviese siempre creando algo nuevo, quise que fuésemos más lejos que sólo recuperar esto sino seguir desarrollando nuestra habilidad y realizar una vida humana nueva que fuese más bella y maravillosa en corazón que gente antigua. Esto haría satisfacer las almas de nuestros ancestros ancianos y felices mientras la energía del concierto de Idaki Shin ha estado difundiendo a todo el mundo. En Bulgaria cuando visité una tierra de tracios, había recibido un mensaje que el amor pudiese mover incluso una piedra masiva. La experiencia de realizar un amor auténtico en el concierto de Idaki Shin resolvería problemas acumulados de nuestro mundo. Esto era esencial para cada ser humano como tema de primera prioridad. Deseé que mucha gente viniese a participar en su concierto venidero en Kyoto.