KEIKO KOMA net

22 Nov. 2011

Día bello

 

Alcé la voz de brindis en el jardín interior del Café de la galería de Koma mientras observaba árboles brillantemente brillantes y la torre de Yasaka. Un mundo nuevo fue manifiesto ante mis ojos que fue llenado con amor que abrazó todas las cosas vivas y las hizo brillar brillantemente. Reconocí que este mundo prevaleciese sobre todo pronto o tarde. Mi vida tembló con alegría. El ruido del piano en el concierto de Idaki Shin celebrado en nuestra oficina de Kyoto había cambiado nuestra vida, purificado el espacio circundante, borrado influencias negativas dentro de nuestra vida, y expresado energía tremenda que sacase todo hacia arriba hacia el universo. Allí reconocí que estuviese atestiguando una transformación grande de una era humana y que estuviese realizando una era de amor; el sueño más cotizado de la humanidad desde la antigüedad. Mi alma devino despierta a esto. Para mi gran alegría, el mundo maravilloso que imaginara cuando alzara la vista hacia la torre de Yasaka fue manifiesto allí. Reconocí que mi vida hubiese comenzado ya a vivir en este mundo. La vida en la naturaleza estuvo cambiando cada día y me dijo renovar mi vida según. Junta con la profundidad del otoño la riqueza de mi vida había sido profundizada. Fue extremamente alegre. Dudé qué vendría mañana.