KEIKO KOMA net

19 Nov. 2011

Comunión vital

 

Tras los cursos de asesoramiento aplicado celebrados en Tokio, el Sr. Idaki Shin tocó el piano para nuestro amigo extranjero en ultramar para que esa persona escuchase la música por un teléfono móvil. Yo estuve allí y la escuché también. Mientras cerraba mis ojos imaginé que la vida de esa persona y la del Sr. Idaki Shin hubiesen estado vivamente comunicando el uno al otro. Recordé el tema de los cursos hodiernos que era acerca del miedo. El miedo era efectivamente una influencia negativa que oprimía y dañaba la vida humana en la forma circular oscura de añoranza y tristeza, etc. Mientras la música progresaba la energía circular negra fue disuelta en el espacio circundante asimilado en luz y finalmente desapareció. Yo estaba segura que el estado vital gentilicio y circunstancias externas cambiarían drásticamente en positivas. En una sociedad que fue, tolerar actos de injusticia dañaría vidas gentilicias que permaneciesen veraces a la verdad. Sin embargo, debido a la presencia del Sr. Idaki Shin en Japón, podíamos seguir veraces sin ser dañadas por ninguna fuerza externa. Para nuestro agradecimiento grande, podíamos devenir más y más vigorosas. Al mismo tiempo, reconocí la necesidad de promover nuestras actividades a gente extranjera viviendo en ultramar y crear un sendero nuevo para ella. Mientras seguía rezando por paz tras reconocer, desde la edad de tres años, que sin una paz auténtica por todo el mundo ninguna persona en tierra pudiese vivir una vida verdaderamente feliz, ahora renové mi vida para realizar esto en realidad manifestando globalmente mi naturaleza verdadera.