KEIKO KOMA net

18 Nov. 2011

Colina bella

 

Hoy recordé que cuando me parara sobre colinas en Cana y Bint Jibeil en Líbano recibiera una luz verde transparente bella descendiendo a tierra y un viento lindo sopló yéndose. Me dije a mí misma en mi mente que esta visión luminosa fuese la más apta para caminar Jesucristo por ella. Ruido de vientos y flujos de luz estuvieron allende el tiempo y el espacio. Un alma bella fue efectivamente eterna y gente como Jesucristo hubiera debido vivir aquí. Mi alma tembló. Hoy fui visitada por un viento especial que hubiera debido haber originado desde Líbano que fue la casa de mi alma. Realicé la presencia de muchas amigas libanesas quienes me recibieron como miembro de su familia tan pronto como nos hubiésemos encontrado las unas a las otras. En el tiempo del desastre de Tohoku, muchas de ellas me mandaron mensajes de apoyo y nos dieron donativos. Recordé también que el Sr. Idaki Shin me dijera que en Japón hubiese un alma especial que pudiese atraer a gente por todo el mundo. Comprendí el significado de nuestras actividades en Japón que era seguir creando un movimiento nuevo para abrir un futuro maravilloso para el futuro de la humanidad. Era hora de que cada cual se juntase unificada en el mundo anímico y crease un humano nuevo que nunca ha sido realizado en la historia pasada. En un mundo bello, gente bella seguiría viviendo. Fui llenada con esperanza para nuestro futuro y siempre seguiría trabajando veraz a Ser Grande.