KEIKO KOMA net

17 Oct. 2011

Vida en naturaleza

 

El paisaje bello en el camino desde Morioka a Hirosaki fue tibio y gentil hacia la vida y me sentí agradecida ya que me proveyó de pronto una contestación a la naturaleza de la vida humana y cómo una debiese vivir que ya había cuestionado desde la niñez. Fui extremamente alegre de vivir. Mi vida y la vida de la otra persona eran igualmente preciosas. Quise que cada cual realizase la unidad vital. Hoy también en mi sueño nocturno se me fue mostrada la importancia de vivir una vida veraz a este principio. Si una persona realizase esto él o ella no estaría solita ya más y estando unificada con el recurso de la energía haría posible cualquier cosa. Luego con el fin de seguir viviendo, participar en el concierto de Idaki Shin era efectivamente la experiencia más preciosa de realizar esta unidad vital; la naturaleza de la vida humana. El hombre moderno objetivaba tanto la vida ajena como la propia así que fácilmente una se encaraba al límite ante un obstáculo mientras una estaba acostumbrada a sólo observar incapaz de tomar cualesquiera acciones drásticas. Sentí la necesidad de decir a mucha gente lo de nuestro concierto para irrumpir a través de esta situación de cerradura mortal. Un sendero nuevo fue visto. Montañas eran residencias de dioses santos, vientos me contaban acerca de la unidad vital y el cielo estaba creando dramáticamente una historia nueva; cada cosa en la naturaleza estaba nutriendo mi vida y era muy dinámica. Me alegré de estar pavimentando un sendero para reconstruir nuestro país unificado con la vida en la naturaleza que estaba llena de encuentros con dioses momento tras momento.