KEIKO KOMA net

9 Oct. 2011

Río Kamogawa

 

Mientras abría un cajón de mi librería, una postal antigua atrajo mis ojos. La mandé a mi padre quien estuviera hospitalizado durante un período largo de tiempo tras ser tumbado por una enfermedad. Y después de que feneciese, fue devuelta a mí. Así que la encarecí como resto precioso de mi padre. Aunque no me llevé ningún otro resto suyo, quise especialmente que este se quedase al alcance de mi mano. Esta vino con una foto del río Kamogawa. La mandé un día antes del concierto de Idaki Shin celebrado hace más de veinte años. Allí escribí ya que sentía un gran ligamen y nostalgia en Kyoto, y que levanté aquella postal y decidí mandársela ya que el paisaje de la postal parecía la misma que en una foto de mi padre que yo viera en el pasado. Estaba segura que si mi padre estuviese vivo estaría muy contento de ver que yo hubiese construido el tablero del rótulo de la caligrafía de Koma en una tierra de Koma, bajo la torre de Yasaka. Luego sentí que debiese ser mi padre quien me hiciera encontrar esta postal hoy ya que él quisiese decirme que estuviese efectivamente muy contento. Hace veinte años yo nunca imaginé que un día vendría a construir un tablero de rótulo de Koma en Yasaka. De cualquier modo mi postal me hizo reconocer que he estado en el mismo lugar donde mi padre soliera visitar y pararse sobre su pie. Mi corazón fue muy conmovido y derramé lágrimas. Eslabones humanos fueron siempre muy misteriosos y maravillosos. Lugares asociados con mi ancestro siempre me guiaron a un encuentro de modo que yo sintiese la presencia de almas de gente que estuviera allí en la antigüedad. Estaban felices celebrando juntas con nosotras la llegada de un momento grande cuando la verdad estuviese reanimándose y sus almas fuesen resucitadas. Recordé en mi cerebro una escena de un poema de mi libro de poemas titulado Reika que yo creada en mi adolescencia, y escribió que yo estuviese caminando por la ribera de Kamogawa por la cual mi padre hubiera debido caminar también. Además cuando creé otro poema que escribí que ‘todo ha comenzado en mayo del 2008’, a través de una ventana de hotel el mismo río Kamogawa fue visto. El flumizaje de Kamogawa siempre hizo llenarse mis ojos de lágrimas y fue perpetuado en mi mente. Recordé que almas de gente estuviesen juntas conmigo mientras nos encaminábamos hacia el concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas a celebrarse en Kyoto el 18 de octubre. Fui contenta y devine extremamente agradecida. En la noche de otoño mi corazón fue muy animado y excitado por estar en Kyoto.