KEIKO KOMA net

1 Aug. 2011

Un sueño eterno desde hace dos mil años

 

Me maravillé ante el color tierno y bello del cielo azul claro del crepúsculo hodierno que estaba agonizando en rosa. Porté un sueño desde hace dos mil años que estaba siendo realizado ahora. Mi cuerpo, corazón y alma temblaron ante esto. La dinastía de Koguryo fue construida hace dos mil años. Madre Tierra en el norte de Japón estaba brillando brillantemente y fue llenada con energía para avanzar para abrir un futuro maravilloso. La tierra parecía feliz tras llover y me contó su alegría en acoger la apertura de un mundo nuevo. La vida de la naturaleza estaba celebrando y pareció alegre mientras las taras de una historia humana larga pronto serían resueltas en nada. Como nieve fundiéndose, reclamaciones acumuladas y oprimidas humanas estaban disolviéndose en nada. Supe desde mi vida propia que cuando una persona llegase a realizar la verdad de la historia una podría devenir verdaderamente humana. Así que la vera historia oculta bajo tierra debería ser descubierta. Fui muy conmovida desde la cima hasta el fondo. La tierra verde estaba brillando brillantemente ya que recibía luz proveniente del futuro y anticipaba la llegada de un tiempo grande cuando tristeza sería transformada en amor. Un amor nació en esta tierra bella y sería encarecida. Cuando entré en mi hogar nuevo en Morioka, dos títeres leñosos tradicionales japoneses, Kokeshi, me acogieron con caras sonrientes reservadas. Tal momento como este me hizo realizar alegría extrema por estar viva, y fui llenada con vigor para mañana. En una era nueva, un objeto no era sólo un objeto, sino algo que expresaba a Ser Grande. Cuando cada cual manifestase a Ser Grande, realizaríamos una era de verdad. Estaba encaminada para dar mi acontecimiento conferenciante titulado ‘Noche para reconstruir nuestro país’ en el distrito de Tohoku. Fui alegre al ser provista con esta oportunidad preciosa para realizar el sueño desde hace dos mil años.