KEIKO KOMA net

16 June 2011

 

Mar de verdores

 

Subí al norte de Aomori desde Morioka antes de regresar a Tokio y en mi camino por doquier hubo verdores frescos de árboles, hojas y capullos en varios colores bellos que estaba saludando al viento como si estuviésemos en un mar repitiendo ir y venir. Sentí que vida nueva naciese sin costuras. Retuve mi aliento ante esta visión luminosa maravillosa. Mi vida también fue llenada con energía nueva y alegría por estar viva como si fuese renacida. La vida en la naturaleza estaba viviendo juntamente con mi vida y era extremadamente gentil y amena con mi vida. Imaginé una luz eterna en la naturaleza. En el santuario de Towada recibí un mensaje desde su divinidad que Madre Tierra del distrito de Tohoku había comenzado a mudarse juntamente con nosotras y la historia verdadera, oculta, distorsionada y desgraciada de Tohoku se manifestaría. Temblé ante esto e imaginé también un futuro maravilloso de Japón. Reconocí la necesidad urgente de construir una sociedad verdaderamente buena para compensar la pérdida grande de numerosas vidas de gente y responder a sus corazones. El estado especial de nuestro cuerpo y la sensibilidad que realizamos en el concierto hodierno de Idaki Shin era la llave para construir una era nueva. Fui llenada con esperanza grande y sentí agradecimiento desde el fondo de mi corazón.