KEIKO KOMA net

11 June 2011

 

Tiempo nuevoa

 

Tras un tifón volví a Tokio y extrañamente su aire y atmósfera eran muy diferentes de lo que yo conociera antes. Dudé si el espacio circundante estuviese sugiriendo algo en el futuro, o si el mundo en el que viviésemos fuese completamente cambiado. En todo caso me dije que una respuesta sería provista en algún tiempo futuro. Claramente este año comenzamos a vivir en un tiempo nuevo ya que la naturaleza misma parecía haber cambiado en otra nueva. Ahora yo podía comprender muy bien los mensajes entregados en el concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas celebrado en octubre del año pasado en Tiflis y Azerbaiján. El Sr. Idaki Shin dijo que era tiempo de vivir en un tiempo nuevo que estuviese en armonía con la naturaleza mientras que el tiempo pasado era algo artificialmente hecho por la humanidad. En ese tiempo yo sólo pude comprender esto por palabras pero ahora yo estaba reconociendo el significado más profundo de su mensaje y el impacto de los conciertos. Como fui capturada por un andamiaje artificial de tiempo, mi cuerpo comenzó a sufrir, así que naturalmente me estaba sintonizando con un tiempo nuevo de naturaleza. En realidad, cuando visité una ciudad cavernícola en Azerbaiján datando a más de treinta mil años, y otros sitios históricos por todo el mundo, reconocí que gente antigua soliese ser muy dinámica ya que estuviese unificada con la naturaleza. También recordé que cuando fuera a un sitio de excavación de los huesos de un ser humano datando a más de cuatro millones y medio de años y estando yo misma acostumbrada a una sociedad moderna casi estaba gritando por cuenta del calor feroz de la región. En su concierto celebrado en Etiopía él proyectó una imagen grande de la excavación y los huesos humanos y expresó una espiritualidad humana nueva que había entrado en mi corazón y me había hecho ser llenada con tibieza mientras en Addis Abeba hiciese mucho frío. Desde entonces dije a gente que su concierto nos hiciese realizar una experiencia completamente nueva sólo con sentarnos en una butaca en vez de retar un viaje muy difícil y severo a un desierto donde la temperatura fuese increíblemente alta como si quemase mi cuerpo, sin nada que comer y sólo el horizonte visible en el camino. Ahora acogía la llegada de una era nueva que fuese unificada con el tiempo de la naturaleza y debido a mis experiencias de haber visitado varias partes del mundo, reconocí esto y mi cuerpo había sido eficazmente entrenado así que pude seguir moviéndome alrededor para abrir un futuro de Japón maravilloso.