KEIKO KOMA net

2 May 2011

 

Viento de Koguryo

 

Mientras observaba un vídeo del Monte Gojo en nuestro Café Akira Roppongi, fui abrumada por el sonido de vientos fuertes que me hizo extremamente excitada y sentirme como si estuviese realmente en el Monte Gojo. El viento primaveral era muy ameno, y una escena de flores de azalea me hizo sentir haber encontrado a un compañero viejo, y muy espontáneamente estuve a punto de saludarle. Sonreí ante mi comportamiento. Además, quedé muy impresionada al observarme a mí misma entregar un mensaje en el vídeo desde la cima del muro de fortificación que fuera preservado en su condición original de hace mil novecientos años. Sonreí a mí misma en el vídeo. Pude sentir y oír un viento gentil y hojas agitadas de arces. Lindas canciones de pájaros eran tan reales como si estuvieran cantando aquí y ahora. Rogaron mi corazón y me hicieron pacífica. Los muros incólumes del castillo de Wandu me mostraron la presencia de un alma que fuera eterna y pudiese trascender cualquier lapso temporal. El complejo fúnebre bajo Monte de Wandu estuvo lleno de flores amarillas que también estaban saludando los vientos gentiles y me llenaron de felicidad. El sitio histórico de Koguryo con un viento especial de Koguryo siempre me hizo vigorosa, sentirme agradecida desde el fondo de mi corazón, realizar la felicidad de estar viva, y llena con esperanza mientras imaginaba un futuro maravilloso. Me alegré mucho ya que pude sentir, en mi vida cotidiana en Tokio, la atmósfera muy real, como si fuera al sitio histórico de Koguryo. El vídeo estuvo lleno de luz brillante que nos mostró que las almas de mis ancestros también estaban muy contentas de haber podido recibir al Sr. Idaki Shin y el mundo más encarecido devino abierto plenamente hacia ellos. Reconocí que pájaros también hubiesen orquestado repetidamente una canción de agradecimiento que hacía eco constantemente por doquier. Recordé mi poema que comenzaba diciendo que la ciudad castellana de Wandu fuese la aldea del amor. Hoy en Tokio fui plenamente cargada con la energía de mi terruño y devine vigorosa para crear un futuro nuevo. El concierto de ayer me hizo renovar mi vida, y yo estaba tesoneramente realizando una paz auténtica por todo el mundo que fuera el deseo más encarecido de los míos desde mi niñez.