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15 Apr. 2011

 

Terruño

Presenté a uno de mis miembros congéneres, quien estaba a punto de regresar a su terruño que fuera destruido por el desastre y su casa barrida, mi galleta manufacturada con mi dibujo de mentizaje y mensaje, que leía que nuestro terruño bello debería quedarse para siempre. En realidad pensé en ella cuando escribí el mensaje, sentándome ante una mesa de madera de una sola pieza bajo una foto del Monte Gojo, mi terruño, fotografiado por el Sr. Idaki Shin. Devine muy triste mientras imaginaba el Monte Gojo destruido por un terremoto. Sin embargo mientras pensaba acerca de la naturaleza eterna de la espiritualidad humana, reconocí que nuestro terruño verdadero fuese un mundo eterno, y apunté el mensaje. Tras haber terminado todos mis programas por hoy, alcé una galleta de mantecada aun sin vender, y envuelta en un paquete bello hecho de organdí. Y por casualidad, sin tomar nota de mi mensaje, se lo presenté a ella quien estaba a punto de volver a su terruño. Me maravillé ante la coincidencia porque normalmente mis galletas manufacturadas de mantecada se vendían inmediatamente y no quedaban sin vender al fin de un día, así que no tuve la suerte de ver ninguna, ni de presentar alguna a nadie. Además la que quedaba encajaba perfectamente con su situación de ella. Fui muy conmovida y alcé la voz. Tan pronto como ella leyó el mensaje entró en lloradera. Recordé la escena que también me hizo derramar lágrimas. Adicionalmente, le presenté mucho café de Andrómeda Etiopía, café de Kilimanjaro, alubias dulces especiales manufacturadas por el Sr. Idaki Shin, y mis camisas y delantales jaspeados que había teñido en Kyoto, juntos con el viento de Yasaka, mientras rezaba que trajesen esperanza a mucha gente en dificultades. Deseé que nuestro presente animase a mucha gente a soportar la esperanza de seguir viviendo.