KEIKO KOMA net

14 Apr. 2011

 

Hacia el este

Pasé por una carretera ladeada por cerezos en flor y dejé Kyoto. La vista de las montañas y la atmósfera cambiaron y el mar oriental fue visto. Hubo un olor nostálgico de mar primaveral que me hizo recordar que había estado allí muchas veces con mi padre. Además recuerdo haber visitado los campos de plataformas con mi madre. Un aroma especial me hizo reconocer que mis ancestros hubieran debido caminar por aquí. Tan pronto como la vista del mar llegase a mis ojos, el bello monte Fuji fue visto. Parecía flotar en el cielo entre brumas primaverales. Derramé lágrimas ya que siempre ha estado con nosotras animando a la gente japonesa tal como hoy a mí. Su forma bella y valiente parecía decirme que viviríamos todas juntas bajo cualesquiera circunstancias. Esta montaña estaba efectivamente viviendo en el corazón de cada persona japonesa. Recé que quedase tan bella como era para siempre.

Fue hora de emprender acción valiente.
Ahora.
Ahora.
La imagen bella de Japón debería ser eterna.
Aroma auténtico nos trajo
La verdad para distinguir la verdad de lo falso para que
Sólo la verdad fuese dejada con nosotras.