KEIKO KOMA net

11 May. 2011

 

Corazón

Fui invitada a almorzar por el Sr. Embajador de Líbano en Japón y abrazada por Ser Grande. Pude efectivamente disfrutar de platos libaneses y maravillosas pláticas expresando mi corazón verdadero. Mientras estaba afuera por delante de otra gente solía devenir algo tensa y nerviosa, sin embargo, hoy fui llenada con alegría y porté esperanza grande ya que podíamos realizar la unidad de un corazón humano. Sin mencionar que amé la alimentación libanesa que usaba muchas habichuelas de mis tipos favoritos y eran cuidadosamente preparadas, tomando muchas horas. Eran sanas, bellas, y hechas de amor. Fui muy impresionada por el corazón y la oración de mujeres que las cocieron deseando el bienestar de todos los miembros de la familia. Recordé que cuando habíamos celebrado el concierto de los Mensajes de la Madre Tierra en Bint-Jebeil, el pueblo austral fronterizo de Líbano con Israel que fue pesadamente destruido por bombardeos por el ejército israelí, juntamente con todos nuestros miembros de elenco fuimos invitados a almorzar en la casa de un miembro del parlamento libanés y cada cual pasó un tiempo grande. Cada cosa estaba hecha a mano y sabía a maravilla. Reconocí la tibieza de la familia y la alegría de tener una comida sobre una mesa. Esta felicidad simple nunca debería ser abstraída por ninguna fuerza externa. Oré por paz desde el fondo de mi corazón y disfruté del almuerzo. Los platos libaneses hodiernos tenían la misma tibieza de corazón y sabían gentiles y elegantes. Mi corazón fue llenado con esperanza por la realización de una paz auténtica del mundo mientras disfrutábamos también de conversaciones muy íntimas que conectaban nuestro corazón. Mientras yo seguía fiel a la verdad, la verdad prevaldría por doquier. Fui muy agradecida por todo.