KEIKO KOMA net

3 May. 2011

 

Círculo de Keiko Koma

Regresando a Tokyo desde Kyoto, me maravillé ante la belleza de apnea de un paisaje de ocaso; montañas teñidas de rojo, chorros de luz misteriosos del lago de Suwa, y el Monte Fuji pareciendo una dama elegante con poco maquillaje, mientras solía tener un rostro masculino. Esta fue la primera vez que vi un Monte Fuji amujerado que me llenó con esperanza para el futuro ya que hubiera recibido un mensaje similar muchas veces en varios lugares históricos del mundo, que el mundo que permitiese a hembras vivir una vida bella fuese uno verdaderamente pacífico. La naturaleza demostró esta visión luminosa y fui muy excitada para avanzar. Mientras seguía observando el Monte Fuji, él devino blanco y pareció muy puro. Temblé ante esta visión luminosa que me habló de la llegada de una era de verdad. Ahora que comenzaría el círculo de Keiko Koma guiada por Ser Grande, reuniría a muchas colegas que fuesen destinadas ellas mismas a crear un mundo verdaderamente pacífico bajo el símbolo de mi nombre, la realización de los ideales del cielo en tierra que acogería a cada niña como regalo del cielo. Debido a los cursos de asesoramiento de Idaki que nos habían liberado de taras de historia pasada y ancestros, podíamos verazmente manifestar nuestra naturaleza veraz a la vida humana para abrir nuestro futuro, mientras gente en el pasado siguiese repitiendo los mismos patrones de vida y no pudiese cambiar drásticamente el destino propio. Dentro de nuestras vidas hay una luz de vida de nuestra naturaleza. Las circunstancias circundantes y condiciones internas de nuestras vidas han sido efectivamente transformadas en nuevas. Porque nuestro interior era la causa de cualquier fenómeno externo, incluso desde Japón, podíamos cambiar el mundo entero en uno de luz gloriosa manifestando esta luz interna de vida globalmente para difundir mensajes provenientes de nuestro futuro.