KEIKO KOMA net

24 Dec. 2010

 

Shumou

He narrado muchas veces, en el concierto de las Leyendas de Koguryo Redescubiertas, un poema acerca de Shumou, quien fue maestro arquero desde la niñez, y nunca falló el blanco. Y en el programa de vídeo archivado ayer juntamente con el Sr. Idaki Shin, él dijo que Shumou habría eventualmente descubierto su talento como arquero, así como tuvo oportunidad de jugar con un arco y flechas: una persona que tuviera un talento milagroso en una cosa solía manifestarlo naturalmente en la vida propia. De la misma manera, miembros valientes de una tropa de Koguryo deberían ser aquellos que tuvieran un talento en la equitación, y muy naturalmente un caballo fuerte y ágil devenía compañero propio. Su cuento me excitó y recordé que solía ser muy buena arquera en mi niñez, y como Shumou, nunca he fallado el blanco. Nunca me sentí nerviosa ya que sabía que me debería afinar con el centro del universo y entonces nunca fallaría. Además tuve una sensación de poder cabalgar. Mientras en nuestra sociedad moderna no tenía oportunidad de cabalgar o ser arquera, sin embargo, confiaba en que si hubiese nacido en la antigüedad, habría sido muy buena en ambos menesteres. Luego me pregunté qué me haría desarrollar mi talento en este mundo actual, y espontáneamente me di cuenta de que el lenguaje era el compañero de mi vida y mi vida se regocijó y mi futuro amagaba brillar gloriosamente. Una vida vivida en el centro del universo y el Idaki era llenada de vigor y alegría y siempre podría alcanzar nuestras metas. Fui llenada de agradecimiento por estar viva.